martes, 12 de enero de 2010

La imaginación de Julio Casares

Era una madre anciana que tenía una hija moza. Cuanto más débil y achacosa estaba la madre tanto más se veía a su hija afanarse en los menesteres domésticos y andar por calles y mercados haciéndose popular y simpática. Hasta que un día llegó de tierras lejanas la noticia de que los monjes de Cluny habían descubierto el remedio para restaurar la salud de las latinidades decaídas. La madre, que se hallaba recluida mal de su grado y que, cuanto más vieja menos ganas tenía de morirse, como nos pasa a todos, se sometió gustosa al tratamiento cluniacense; y como viera que en verdad le volvían las fuerzas y que para recobrar su antiguo ascendiente le estorbaría que anduviese la moza al retortero, la encerró bajo llave, no sin antes sumirla en un dulce sueño que, como el de la Bella durmiente, no le quitaría ni hermosura ni juventud. Y así estuvo olvidada la doncella hasta el día en que, deshecho el maleficio, reapareció con doblado esplendor ante los ojos maravillados de las gentes. El pueblo le prendía en los cabellos amapolas y margaritas; las comadres le enseñaban al escuchito anexires y retraheres; los poetas la requebraban con rondeles y serranillas; los adustos varones sabidores se regalaban con la fresca voz juvenil de la muchacha y con las travesuras de su ingenio; y, por fin, el príncipe de este cuento, que se llamaba Alfonso el Sabio, la llamó a su palacio, la besó en la boca y la coronó oficialmente como señora de sus reinos(*).

(*) "Él fue el primero de los reyes de España que mandó que las cartas de ventas y contratos, y instrumentos todos, se celebrasen en lengua española... Así desde aquel tiempo se dexó de usar la lengua latina en las provisiones y privilegios reales, como antes se solía usar..." Mariana, Historia de España, ed. 1617, pág. 693.

Tomado (con retoques) de un discurso de Julio Casares pronunciado el 23 de mayo de 1946 en la Fiesta del Idioma Español (celebrada en Sevilla con motivo del V Centenario de Antonio de Nebrija); publicado como "Nebrija y la gramática castellana", en el Boletín de la R.A.E, vol. XXVI (enero-abril de 1947), y como "Elio Antonio de Nebrija" en Obras Completas, vol. VI (1961).