miércoles, 16 de enero de 2008

Arrobistas puritanos

Estimado Hláford. ¿Qué me diría usted si yo le manifestara que lo considero una persona simpática, ingeniosa, e intelectualmente inquieta?



¿Quizás que me está por pedir algún favor?




¿Es decir, no se me ofende por la forma en que lo trato?




¿Lo dice usted por lo de "persona"? Cosas peores me han dicho.




Mi querido amigo, veo que usted no está consustanciado con las reivindicaciones de la hora, no vibra al pulso de la lucha social. Yo creí que iba a considerar sexista y discriminatorio el que yo usara términos femeninos (simpática, ingeniosa, e intelectualmente inquieta) para hablar de usted, que es un persono masculino. Cuando se usa esa palabra femenina persona, para referirse a todos los seres humanos, sean del sexo que fueren, ¿no nota usted una solapada intención de considerarnos a los hombres como inferiores a las mujeres? ¿No percibe una maquinación de la élite femenina dominante para prolongar la intolerable desigualdad de sexos?

Bueeeno, tampoco hay que exagerar. Si usted me dice que soy una persona, tal vez sólo quiera decir que llevo puesta una persona o "máscara teatral"; palabra que podría provenir de un etrusco phersu (a su vez del griego prosôpon), y tal vez no de per-sonare "sonar a través", como decía Aulo Gelio, refiriéndose al orificio por el que salía la voz del actor. Así que no hay nada de malo en que yo lleve ante el rostro un objeto femenino; ¿o pretende que me ponga un máscaro, o (peor) un mascarón?

Es que justamente mi argumento, que es a todas luces absurdo, resulta muy parecido al que escucho todo el tiempo en los más diversos ámbitos, incluído el parlamentario, con las acusaciones invertidas, y pocos parecen considerarlo absurdo cuando son las mujeres las supuestas víctimas del "machismo gramatical". Me refiero a esa ola de aclaraciones "el/la" y al espantoso uso del garabato @ en "l@s" en quienes sienten más fuerte la presión del nuevo puritanismo. Estos arrobistas parecen menospreciar la rica flexibilidad del lenguaje, ese Proteo capaz de referirse de mil modos distintos a la misma realidad.
Usted y yo somos parte afectada en este asunto, una parte afectada que puede sentirse agredida o menospreciada.
Analice lo que acabo de decir. Usted y yo, que somos masculinos y plurales, nos convertimos en "la parte afectada", que es femenino y singular.
¿No es magnífico que podamos hacer eso con el lenguaje? ¿No están los arrobistas intentando aplanar el lenguaje a garrotazos?

Para mí es un prodigio que existan siquiera los géneros gramaticales. Si yo digo que un plato se casó anteayer con una cafetera nadie nota nada raro. Y sin embargo no se puede dar una razón para que estos dos sean masculino el uno y femenina la otra. Si en castellano tuviésemos un verdadero neutro, usted podría haber elaborado su ejemplo proponiendo dar a las cosas nombres del estilo "lo plato".

Hace un tiempo mencionaba usted el caso de "capo", que ha dado origen a la "capa". Estamos de acuerdo en que originalmente se usó para designar a la parte dirigente o "cabeza" (latín
caput) de cierto tipo de organización. Pero el sustantivo de que estamos hablando fue alguna vez neutro; ¿se sentía ofendido en su masculinidad el mafioso al que sus hombres llamaban "capo (por razones históricas ni masculino ni femenino)"? ¿Se ofende aquel que es llamado "cabeza" de una entidad? Porque la herramienta del lenguaje que estamos usando aquí es la metáfora (una especie de mentira): no es exacto llamar "cabeza" a nadie, ni siquiera a Albert Einstein o a Oscar Ruggeri, pero gracias a ciertas convenciones podemos faltar a la verdad sin poner en riesgo nuestra alma. Y ya que se miente en lo esencial, no me parece muy grave que se falsee también el género.

Pero visto desde otro ángulo, si aparecieran "persono" o "person@" (o si adoptáramos el inglés person, tan cómodo), tal vez no sería más que otro ejemplo de la nivelación analógica de
la lengua. ¿A los garrotazos? No sea tan pesimista; puesto en perspectiva, yo no veo en el asunto más que una anécdota graciosa, porque se trata de garrotazos aplicados en la propia
caput. Imagínese usted en su ancianidad, diciendo a sus nietos: "Niños, ¿quieren que les cuente por qué decimos persono o ídola?" ...y tendrá que ser muy buen narrador para
que le crean.

5 comentarios:

  1. Ante nada (¿Cómo puede haber algo antes de la nada?): Hola, ¿Cómo se encuentran?
    No puedo evitar esbozar una carcajada con cada referencia que Diego tira, no por que me suenen ridículas, sino simplemente graciosas.
    Es muy ilustrativo ver sus pláticas en éste blog. Delen manija!

    Wally - 'Con lemba y sangrillón'

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  2. ¡Buenas! Para los que no lo saben, Wally y yo

    con los Orcos y los Trasgos,
    con los Balrogs y Nazgûl,
    entonamos las canciones
    en los antros de Morgul.

    Pecado que todavía estamos purgando. Es realmente un gusto leerte y saber que seguís revoleando creatividad por ahí.

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  3. Ay como me gustan sus conversaciones, es mi parte favorita del blog. mas bien Bungo GRACIAS acabas de resolverme el misterio de la @ en medio de las conversaciones por messenger cuando hay chicos y chicas.

    Y ya no uso ni capa ni idola, de solo imaginar el gesto de dolor de Bungo e suficiente para reprimirlo.

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  4. Ayer me acorde de ustedes, estaba en una conferencia y el ponente dijo "ustedes los tecnicos" y una de ellos dijo "usted nos va a enseñar XXX pero yo le voy a enseñar correccion en el lenguaje, se dice Tecnicos/tecnicas"

    Cuando me empece a reir, me dieron el micro: "el profesor es personA ¿no? y acaso el se queja de no ser personO"

    Se acabo el cuento de la mujercita, y todo gracias a ustedes.

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  5. Cristania: los autores de este blog no se responsabilizan de los daños ocasionados por el uso indebido de sus posts.

    Pero hecha esta advertencia, sólo me resta expresarte mi admiración con una sola, concluyente palabra:

    ¡Capa!

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