lunes, 12 de noviembre de 2007

La divisa punzó

Leyendo las Memorias Póstumas del General Paz (tan apasionantes como iluminadoras para el estudioso de la Historia Argentina), he tenido ocasión de reflexionar sobre la expresión divisa punzó, que marcó una época en nuestra historia, y gravitó durante muchas décadas como conjuro de pasiones encontradas. Aunque el término es prácticamente desconocido en el resto de los países de habla hispana, todos los argentinos saben[1] que punzó es el color rojo encendido que los federales adoptaron para distinguirse de los unitarios.

Manuelita Rosas de riguroso punzó

¿De dónde proviene este punzó que ha quedado tan confinado a un lugar y una época?
Como sucede a menudo con los nombres de colores, la suerte de esta palabra ha de estar ligada al vaivén de la moda y las tinturas, y aunque no he sido capaz de realizar un rastreo en ese sentido, la pista filológica me sugiere un origen: los apetecidos géneros y telas franceses que desembarcaban en el puerto de Buenos Aires en las primeras décadas del siglo XIX (la presencia de punzó en el español de Cuba -el otro gran puerto del Atlántico- parece abonar esta teoría).
Porque rojo punzó, según me enseña Corominas, es la deformación de rouge ponceau, un matiz de rojo que hoy resulta oscuro también para los franceses, como puede comprobarse aquí. El texto de Balzac mencionado en este último enlace es de 1833. La divisa federal es de 1830. Otra mención aislada del color punzó se encuentra en la ley de creación de la bandera boliviana, que es de 1825. Estamos siempre en un ese momento apenas posterior a la independencia de los países americanos. En italiano la encuentro en la Cenerentola de Gioacchino Rossini de 1817:

Don Magnifico, sia pure a fatica, resiste. Allora i Cavalieri gli fanno indossare un mantello color ponsò con ricami in argento di grappoli d’uva.
El comentador italiano del texto se ve precisado a explicar que ponsò es un color rojo intenso, demostrando así que la palabra ha muerto también en la tierra de bel canto.
amapola, lindísima amapola

Lo curioso es que la etimología de ponceau nos lleva de las amapolas a los pavos reales. Parece que ponceau es un término del siglo XVII derivado de poncel (que data del siglo XII) . Poncel era uno de los nombres de la amapola, y a su vez derivaba de paon (pavón), el nombre del pavo real, al parecer por comparación de la flor con el plumaje de esa ave (que no ha de ser comparación de color, ya que el plumaje del pavón es verde azulado, sino de forma, siempre que ambas presentan forma de ojo).

Estamos situados antes de la llegada del Mayflower a Massachusetts y el descubrimiento del pavo americano. Hasta ese momento, el único pavo que se conocía en Europa era el que hoy denominamos pavo real, ave asiática y colorida.


Llegado a este punto, creo haber hecho un descubrimiento notable para la Historia Argentina, algo que nadie vio antes, y que podría conmover los fundamentos de la historiografía si no fuera porque se trata de una simple curiosidad etimológica completamente intrascendente.
montonero federal

El hecho es que el famoso color punzó de los temibles montoneros federales, cuya sola mención ponía pesadumbre en el corazón de sus rivales, conoció su ocaso al extinguirse el último caudillo. ¿Y cuando fue eso? Podemos elegir varias fechas, pero sin duda la última gran batalla en que un ejército vistió con orgullo la divisa punzó fue aquella en la que cayó definitivamente el general Urquiza, a la sazón presidente de la Confederación, quien -a pesar de haber vencido a Rosas- nunca renegó del colorado. Estoy hablando, por supuesto, de la batalla de Pavón. ¿Negarán usetedes que se trata de una coincidencia asombrosa? Así el punzó, descendiente de pavón, fue a morir a la tierra de sus mayores.
De este modo cantó Estanislao del Campo la ocasión:

Los porteños y extranjeros,
Que para vestir sus tropas
Por poco no les dan ropas
De terciopelo y tisú,
¿No reirán como unos locos
al ver esa mascarada
bonetuda y colorada
por la calle de Perú?

En fin, Señor Presidente,
No se aflija, Vuecelencia;
Sobrelleve con paciencia
Este inesperado mal.
Y consuélese pensando
Que en el mundo todo acaba,
Y que al fin ya le tardaba
Al partido federal.
Gauchos surcando la pampa, telas francesas, amapolas y pavos reales... Para completar este heterogéneo catálogo, mencionaré que el ponceau sobrevive hoy -gracias a la clasificación de tinturas del químico David Masson- en el especializado submundo de la Histotecnología.
estructura molecular del Ponceau 2R

Su uso, por si a algún lector le es de utilidad, está por lo general confinado a la tricrómica de Massons, donde otorga un leve tono naranja al rojo de las estructuras citoplasmáticas. Lo digo sin estar muy seguro de entenderlo: he ahí la razón de que mi rostro se haya encendido asumiendo un tono punzó.


[1] En realidad, no me atrevería a llevar a cabo una encuesta

7 comentarios:

  1. JAJA MUCHISIMAS GRACIAS A EL Q CREOO ESTA PAGINA WEBB SIEMPRE LA USO PARA EL COLE

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  2. anonimo,
    lo decis como si hicieras trampa.

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  3. soycamilatorres@hotmail.com

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  4. Muy buena información, gracias...

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  5. Excelente. Federación o Muerte!

    Juan

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  6. Imagínate, la curiosidad me surgió leyendo un ensayo de Serge de Chessin titulado Au pays de la démence rouge (no se trata de Venezuela, sino de la Rusia de fines del zarismo, donde se lee: "Voici les ouvriers des usines aux bannières de soie ponceau". Este comentario lo estoy haciendo hoy 21-12-12 a las 11 y 52, cuando todavía no se ha cumplido, por lo menos en mi destino, la profecía maya. ¡Qué imbécil se ha vuelto el mundo! ¡Damos pena, sobre todo los venezolanos!

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