viernes, 21 de marzo de 2008

Pascua

Tal vez porque nos ha tocado vivir extraños tiempos que promueven lo moderno, lo transgresor, y lo efímero, el hecho de que se conserven en nuestro lenguaje palabras antiquísimas resulta especialmente conmovedor. Tal es el caso de la palabra hebrea pesaj, que nos devuelve a un tiempo de faraones, éxodos y exterminios ocurridos hace más de tres mil años. A través de su variante aramea pasha, pasó al griego como πασχα, y de allí al latín pascha (léase pasca). En un momento dado, una u foránea se coló dentro de la palabra, transformándola en pascua, y con esa forma se extendió por toda la cristiandad.

La explicación más sólida para la presencia de esa u presupone, según me enseña Corominas, un caso de contaminación. Existía en latín la familia de palabras pasco, pascor, pascua, pascualis, etc. derivadas de la raiz PA- (alimentar), que significaban “pastar”, “hacer pastar”, “campos de pastura”, y nuestros antepasados lingüísticos creyeron que el nombre de la fiesta cristiana pertenecía a esa familia, puesto que la Pascua marca el fin del ayuno cuaresmal, y el núcleo de su celebración consiste en la Eucaristía, el alimento por excelencia. Lo cual nos muestra que muchas veces las etimologías populares están cargadas de sentido. Esa u estableció una diferencia entre pesaj y pascua, así como la muerte y resurrección de Cristo cambió el sentido de la pascua judía.

De la misma raiz PA- provienen pan y pastor, otras dos palabras de profundas resonancias pascuales.

1 comentario:

  1. Hoy estuve hurgando en la propiedad intelectual y me contaron acerca de la palabra "Plagium".
    Dicen que tenia que ver con que el plagiario vendia un esclavo tuyo diciendo que era de el. ¿es cierto?

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