lunes, 17 de septiembre de 2007

Nuevos disparates

Otra vez hurgando mensajes viejos de listas de correo para transformarlos en posts, hoy recupero y amplío uno enviado a Lambenor sobre J.R.R. Tolkien, Edward Lear y J.J. Morier.

Como es sabido, el Nevbosh (new nonsense o "nuevo sinsentido" en Nevbosh) es uno de los idiomas inventados durante la niñez de Tolkien, en este caso en colaboración con su prima Mary Incledon y otros. Lo poco que se conserva de él aparece en Biografía:48 y en MC:242-248; H. Fauskanger lo ha estudiado en Ardalambion (ver la traducción castellana en el ILL).

El único texto conocido en ese idioma es el siguiente:

Dar fys ma vel gom co palt 'hoc
pys go iskili far maino woc?
Pro si go fys do roc de
Do cat ym maino bocte
De volt fac soc ma taimful gyróc!'

There was an old man who said 'how
can I possibly carry my cow?
For if I was to ask it
to get in my pocket
it would make such a fearful row."

[Había un hombre viejo que decía "¿cómo
podría llevarme mi vaca?
Ya que si tengo que pedirle
que entre en mi bolsillo
provocaría un espantoso jaleo".]

Observa Carpenter que se trata de un limerick (estrofa inglesa de estructura AAbbA, usada para epigramas como éste). Como muchos limericks, comienza con una variante de "Había una vez un hombre..." Lo curioso es que Tolkien imitando directamente uno de Edward Lear (1812-1888), autor de los deliciosos y muy celebrados (en inglés, y en su tiempo) Nonsense Books. Hay una excelente edición en HTML con las ilustraciones originales del autor en Gutenberg (1).

El limerick en cuestión es uno de dos series muy largas:

There was an Old Man who said, "How
Shall I flee from this horrible Cow?
I will sit on this stile, and continue to smile,
Which may soften the heart of that Cow."

[Había un hombre viejo que decía "¿Cómo
podré huir de esta horrible Vaca?
Me sentaré en esta escalera y seguiré sonriendo,
y eso quizás ablande el corazón de esa Vaca."]

Los dos poemas tienen más o menos el mismo sentido (es decir, ninguno). El libro original se publicó por primera vez en 1846, 45 años antes de nacer Tolkien; pero siguió en boga mucho tiempo (Gutenberg trae imágenes de una edición de 1894), y que esta estrofa en particular era recordada durante la niñez de Tolkien lo muestra una mención de Chesterton en Twelve Types (1902), donde la llama 'the celebrated verse of Mr Edward Lear' y cita con variantes (¿quizás de memoria?):

There was an old man who said, "How
Shall I flee from this terrible cow?
I will sit on a stile and continue to smile,
Till I soften the heart of this cow."

Con Lear en mente, llama entonces la atención que Tolkien y compañía hayan dado a su idioma el nombre de new nonsense. ¿Cuánto de su creación idiomática nevboshiana, en concepto al menos, habrá estado inspirado por la lectura de los Nonsense Books? El Nevbosh está construido según uno de los principios más caros a Tolkien, el placer puro hallado en la forma de las palabras. Éstas en general no son otra cosa que deformaciones de palabras conocidas del inglés, el francés, el latín, el griego, etc.: el nombre mismo Nevbosh proviene evidentemente de new "nuevo" + bosh "sinsentido, disparate".

Para el hurgapalabras esta última resulta interesantísima. Es "inglesa" en el sentido de que hasta mediados del siglo XX fue común en el inglés británico, y los buenos diccionarios todavía la incluyen sin catalogarla de anticuada. Bosh es también en los Nonsense Books el nombre de un Profesor que contribuye tres recetas a la Nonsense Gazette: Amblongus Pie, Crumbobblious Cutlets y Gosky Patties (no buscar estas palabras en el diccionario). También están las islas de Boshen, a donde viaja el Yonghy-Bonghy-Bò a lomos de la Tortuga.

Pero la palabra tiene su origen en el turco boš (del proto-turco *bol', del altaico *boj'le según leo en las bases de S. Starostin), que significa "vacío", y parece que es posible determinar con exactitud el momento en que entró a la lengua inglesa: fue con la novela Ayesha, the Maid of Kars (1834), del diplomático J.J. Morier, de enorme éxito en su tiempo (2).

Es un entretenido relato de aventuras en un mundo que al que suscribe le resulta completamente desconocido pero atrayente en tanto que ambiente para una buena historia. Pero para el inglés de principios del s. XIX era a la vez exótico, fascinante y asequible, con que sólo quisiese emprender un viaje a las colonias de Oriente. Todo el mundo conocía a alguien que hubiese vivido y cumplido un servicio en ellas; Morier fue uno de ellos y dedicó su novela a quienes habían compartido esa aventura.

En ella hay un tatar turco nacido en la Suiza germana (¡!), Mustafa, cuya personalidad constituye uno de los mayores atractivos del libro. "Todavía hablaba su propio idioma, y había conservado lo suficiente de sus hábitos europeos para formar una extraña mezcla de franco y turco, tanto en lengua como en apariencia. Era bajo y trigueño: de buena gana se hubiera dejado crecer la barba para adquirir dignidad, pero no había modo de convencer a los ingratos pelos para que se mostraran. Adornaba su labio superior un bigote escaso que, sin embargo, era demasiado claro como para destacar sobre la palidez del rostro; y aunque había adoptado el andar laborioso y lento de un Osmanli, y fumaba su infaltable chibouk, y anteponía a cada frase los omnipresentes Allah, Inshallah, y Mashallah, de nada le valía: la cepa europea saltaba a la vista y lo convertía en la caricatura de lo que en un turco es impresionante y digno".

Dice el buen Mustafa, hablando del castillo del malvado Cara Bey ("Señor Oscuro"):

"Nobody has ever taken the castle, nobody can take it," continued Mustafa. "The Turk has tried - the Kizzilbash has tried - the Moscove has tried - all have come to nothing - all bosh! There he sits, like the black eagle on his rock, looking for prey." [cap. I]

Poco después avistan una ciudad en ruinas:

But Osmond, turning his head a little to the left, inquired again, "Tell me, is that a town which I see yonder? It appears to be a large place."

"That is a Giaour city in ruins," said Mustafa; "it is called Anni; bosh der - it is nothing."

"Anni!" exclaimed Osmond, with the greatest interest; "is that the famous Anni? We must see it. Cannot we go now?"

"Heaven forbid!" exclaimed Mustafa with horror. "What do you say? It is the head-quarters of all the thieves and rogues in the country. A man's head would not be worth a para who would venture to go there." [cap. II]

Y así algunas veces más, las suficientes como para que bosh tuviese carta de ingreso a la lengua. Hasta aquí Morier.

Edward Lear, por su parte, mostró una enorme creatividad lingüística en sus libros, aunque Tolkien podría haberla criticado por su falta de profundidad, como censuró sobre esa base los nombres inventados por Swift o Dunsany (Cartas #19). Véase al respecto una cita más extensa de Chesterton (de su ensayo "A Defense of Nonsense", en The Defendant, también de 1902), donde compara esta invención de nombres con la de Lewis Carroll:

Edward Lear, con más sutil y plácido descaro, introduce siempre retazos de su propio dialecto élfico [elvish dialect] en medio de afirmaciones simples y racionales, hasta que, aturdidos, casi llegamos a admitir que sabemos lo que quieren decir. Versos como:

For his aunt Jobishka said 'Every one knows
That a Pobble is better without his toes'

[Pues su tía Jobishka le dijo: 'todo el mundo sabe
que un Pobble se está mejor sin los dedos de los pies']

suenan a sentido común, algo que está más allá del alcance de Carroll. El poeta aparenta sentirse tan cómodo al tratar esta materia que casi nos lleva a simular que vemos lo que quiere decir, que conocemos las dificultades particulares de un Pobble, que al igual que él somos viajeros experimentados de la "Planicie Grombuliana".

Una vez más, Tolkien podría haber fruncido el ceño ante este uso de elvish para "idioma sin sentido". Pero la reflexión sobre lo de que "todo el mundo sabe que un Pobble..." nos recuerda infaliblemente a aquello de que "los trolls, como seguramente sabéis, tienen que estar bajo tierra antes del alba, o vuelven a la materia montañosa de la que están hechos" (H:II.103). Y sobre todo está esa fascinación ante las palabras de significado desconocido, que Chesterton dirige hacia el Sentido Común, y Tolkien hacia la Belleza, pero que ambos orientan más adelante hacia la renovación en la percepción del mundo.

Pero esto ya es digresión. Todo esto venía a mostrar la relación entre aquel único ejemplo sobreviviente del Nevbosh y el poema de Lear.

Se podría argumentar que estudiar las lenguas élficas no tiene utilidad alguna: ¿y qué podría decirse de la búsqueda de fuentes para un idioma infantil perdido que prácticamente no tiene relevancia para el estudio de las lenguas élficas?

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(1) en el Internet Archive se pueden descargar buenos archivos PDF de las ediciones antiguas.

(2) También en el Internet Archive se puede obtener copia de la segunda edición (1846). No confundir con She (1887) y Ayesha: The Return of She (1905) de Henry Ridder Haggard, a quien conocemos sobre todo por las aventuras de Allan Quatermain en Las Minas del Rey Salomón.

2 comentarios:

  1. Muy interesante su página, Alejandro y Diego. Yo también soy muy aficionado al mundo de Tolkien, pero mis conocimientos son bastante limitados en comparación con los suyos. Ya veo que aquí podré aprender bastante. Y también podremos tener buenas discusiones sobre etimología, ya que a todos nos apasiona ese tema.

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  2. puras pendejadas estan dificiles de decir ai ke aprendertalas para ke las sepa decir sin trabarte jajaajajja.....

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